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"La diferencia sexual aparece, pues, como un hecho crucial y su necesidad de transposición en la esfera simbólica se plasma, en nuestro caso, en forma de mujer. En consecuencia, la idea androcéntrica y falocrática que considera el sexo masculino como originario, único y equivalente al género humano, reflejada como señala Cavarero (1990) en el antiguo mito de Pandora, así como la definición de mujer por su carencia de falo, deja de tener sentido en este antiguo orden simbólico. La mujer aparece como la primera, como aquella de la que el hombre procede en la filogénesis de la especie, como la que ha hecho posible lo masculino, enfatizándose las diferencias de sexo más que las similitudes entre los cuerpos femenino y masculino.Por primera vez, se manifiesta claramente que la reproducción se antepone a la producción. La típica discusión sobre la importancia de la reproducción frente a la producción, o viceversa, zanjada con el tópico "¿Qué es primero, el huevo o la gallina?" adquiere con este antiguo orden simbólico una respuesta contundente. No existe la dicotomía típica de la gallina, por una parte, y el huevo, por otra. La mujer és, a la vez, gallina y huevo. Así pues, la producción ha de estar, a la fuerza, en perfecta armonía con la vida, no como en la actualidad en que la producción acostumbra a aniquilar la vida. Quizás deberíamos denominar a la producción sin competencia gestión de la vida y no simplemente producción. Poco importa que sean los hombres o las mujeres quienes cacen, poco importa la división del trabajo que se establezca; lo fundamental consiste an la no contradicción entre reproducción y producción, en lamanera acorde de imbricarse una y otra, en su acertada combinación, resultando insensato relacionar este largo período con el primer contrato sociopolítico existente, el contrato sexual entre hombres para regular la competición masculina y garantizar el control sobre las mujeres y sud escendencia, y del que surgió la organización familiar en cualquiera de las formas en que la conocemos."
Sanahuja Yll, María Encarna. Cuerpos sexuados, objetos y prehistoria. Madrid, 2002. Col. Feminismos, 69. Eds. Cátedra / Universitat de València.
Ah! doncs sí, sóc feminista i m'agrada capbussar-me en la prehistòria, així com en el futur tecnològic. Que el feminisme és l'única fórmula social coherent, que ens lliga al Paleolític i ens projecta cap a un futur social millor, no en tinc cap dubte. La dona és el genèric, perquè és ella qui conté mascles i femelles i, per tant, és la garantia de la paritat. I sí, hi ha dones que no ho fan i bla, bla, bla, però, és clar, en una societat patriarcal de tants mil·lennis com la que vivim, ja em diràs si les dones no acaben essent tant masclistes com els homes.
Catalogació: imprescindible en aquest camí de seguir pensant.
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