"Mi nombre es Aisha. Nací en 1960 en el campo de personas refugiadas de Dheisheh. Cuando era una niña, en mi família vivíamos en condiciones bastante precarias. Éramos catorce personas y habitábamos una especie de pequeña cabaña hecha con cuatro paredes y un techo de placa metálica. Convivíamos todas en esa única habitación que usábamos para cocinar, para comer, para dormir ... Para todo. No teníamos suficiente comida ni recursos de primera necesidad.
[...]
(Anònim)
Nací y crecí en el campo de personas refugiadas de Dheisheh durante la primera intifada (1987-1993), momento en el que prácticamente vivíamos encerrados todo el día en nuestras casas debido a los constantes toques de queda impuestos por el ejército de ocupación israelí. Aun así, soy originalmente de Deir Aban, un pueblo al sur-oeste de Jerusalén que fue destruido y despoblado en 1948. Cuando eso aconteció mis abuelos se vieron forzados a marcharse hacia un lugar seguro, junto con las más de 750.000 persones -alrededor de 85% de la población palestina en el momento- que fueron desplazados forzosamente de las más de 530 aldeas y ciudades despobladas y destruidas durante la Nakba."
Caamaño, Sofía / Bajona, Sonia. Un país con gente. Voces de Palestina. Barcelona, 2020. Ed. Descontrol
I així, una rere l'altra, les persones van desgranant les seves vides, les seves tristeses. La Sofía no la conec, la Sònia sí, i conèixer-la em reafirma en la meva opinió sobre l'holocaust que està duent a terme l'estat israelià sobre la població nadiua del lloc que ocupa. Quantes d'aquestes persones, dos anys després, segueixen vives? Quantes empresonades? Quantes llençades al carrer i a la seva sort?
Es fa molt difícil parlar-ne, i més sabent que, quan hi hagi un volcà o un terratrèmol que ens desviï l'atenció -els medis són poderosos- Palestina tornarà a la cambra de les ombres semi-oblidades amb les que convivim sense pudor.
Catalogació: d'aquells llibres que fan mal i que cal llegir.
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